Arreglos, voluntariado de las hermanas y concierto
Queridos amigos:
Por gracia de Dios, luego de que la situación se haya normalizado bastante en Tierra Santa, hemos podido seguir con algunos pequeños arreglos para el mejor mantenimiento del monasterio, como algunos nuevos letreros para indicar mejor tanto lo que implica que este santo lugar sea un monasterio, cuanto a pequeños detalles como indicaciones sencillas del mismo. Gracias a algunas ayudas especiales, también pudimos contratar a un pequeño tractor que se encargó de limpiar gran parte del parque que, debido a la abundancia de trabajo, no habíamos podido terminar de trabajar.
Todas las semanas recibimos grupos locales que se muestran muy interesados en escuchar algo acerca de la vida en el monasterio, así como cada vez más cristianos que vienen y aprovechan para rezar en la capilla, especialmente cada sábado en la santa Misa en español que celebramos para nuestros amigos que fielmente nos acompañan, e incluso a veces llegan antes para compartir la Adoración Eucarística de la tarde con los monjes.
También hemos podido recibir a dos hermanas que vinieron a dar una gran ayuda al monasterio, encargándose especialmente de colaborar con la sacristía y hospedería, lo cual ha permitido dedicar más tiempo a trabajos de jardín e intelectuales, y también para hacer más mermeladas y envasar el aceite que nos va quedando de los olivos del monasterio; además de ayudar en la liturgia especialmente con los cantos.
Finalmente, hablando de cantos, con gran alegría les podemos contar que ayer se realizó el primero de cuatro conciertos de música sacra en la ruina de la basílica dedicada a santa Ana que resguarda el monasterio, viniendo casi 200 personas en este primer concierto, pero esperando a más en los venideros. Ya desde casi dos horas antes comenzó a llegar la gente que aprovechó de compartir con nosotros haciéndonos muchas preguntas sobre el lugar, la vida monástica, nuestras familias, etc.; y comprándonos los productos del monasterio para ayudar así también al mantenimiento y arreglos siempre necesarios.
Damos gracias a Dios, la Sagrada Familia y a todos aquellos que nos acompañan a la distancia con sus oraciones, pidiéndoles especialmente por las necesidades de los cristianos de Tierra Santa, y para que nunca falten las almas generosas dispuestas a dejarlo todo sin mirar atrás, para abrazar el seguimiento de nuestro Señor Jesucristo en la vida consagrada, especialmente allí donde hay más necesidad espiritual.
En Cristo y María:
Monjes del Monasterio de la Sagrada Familia,
Séforis, Tierra Santa.