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Una pequeña gran visita

“Hermanas y niños del Hogar Niño Dios en Séforis”

Queridos amigos:

Por gracia de Dios hemos tenido la grata visita de los niños del Hogar Niño Dios de Belén, quienes, acompañados de algunas de nuestras hermanas, decidieron hacer una parada en el Monasterio antes de continuar el viaje rumbo a Tabga.

Siempre es gratificante ver cómo nuestros religiosos dedicados a las obras de misericordia se preocupan de la atención de estos niños, especialmente de aquellos que no pueden valerse por sí mismos, y que se convierten en fuente abundante de gracias para los demás, ya que la Divina Providencia jamás pasa por alto el cuidado que se le brinda a estos pequeños, como bien en claro nos deja nuestro Señor en el Evangelio: “En verdad os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos hermanos míos, aun a los más pequeños, a mí lo hicisteis.” (Mt 25, 40).

Compartimos el almuerzo en un clima, como siempre, muy familiar. Apenas llegaron “los comensales”, las hermanas se encargaron de preparar lo que cada uno necesitaba, y posteriormente estuvimos todos juntos conversando, riendo, y paseando con cada una de aquellas “pequeñas manitos” que simplemente toman la de algún religioso para ir a recorrer el lugar.

Luego de terminar, nuestras pequeñas visitas continuaron el viaje con las hermanas, dejándonos la gran alegría que se dejaba ver claramente en sus sonrisas.

Encomendamos a sus oraciones, especialmente en esta ocasión, a todos aquellos religiosos que se dedican a las obras de misericordia y a los voluntarios que los ayudan, y de manera particular a los habitantes de nuestros hogares, para siempre permanezca en ellos el espíritu de familia y aprendamos de ellos a dejar de lado el egoísmo, dedicándonos en la medida de nuestras posibilidades, a atender al prójimo que nos necesita.

Con nuestra bendición, en Cristo y María:

Monjes del Monasterio de la Sagrada Familia,

Séforis, Tierra Santa.

     

 

 

Obispos y sacerdotes en Séforis

Muchos consagrados nos visitan

 

Queridos amigos:
Como ya saben, parte de nuestro apostolado es la recepción de peregrinos en este santo lugar, es decir, aquellos que por gracia de Dios han podido visitar Tierra Santa y que dentro de su itinerario han decidido incluir los restos de la casa de santa Ana. Con gran alegría les compartimos un par de visitas muy especiales, ya que hemos tenido la gracia de recibir a 20 obispos de la Conferencia Episcopal de República Checa, y a un grupo de nuestros sacerdotes misioneros en Extremo Oriente.

Obispos de República Checa
El pasado 12 de marzo, hemos recibido a un grupo de 20 Obispos y 4 colaboradores, de República Checa, quienes quisieron aprovechar esta peregrinación para hacer una tarde de formación y retiro en nuestro Monasterio. Al principio les explicamos que no contamos con un lugar para conferencias ni nada más grande que nuestra pequeña capilla, en la cual podrían entrar bastante ajustados agregando algunas sillas; sin embargo, insistieron en que el jardín estaría bien y, en caso de mal tiempo, entrarían sin problemas en la capilla. Providencialmente se nubló antes que llegaran y así permaneció toda la tarde, así que luego del correspondiente recibimiento y presentación comenzaron con una plática y luego reflexión personal por el monasterio, especialmente el jardín de la Cruz.
Antes de partir se quisieron despedir todos de nosotros; se mostraron muy contentos y agradecidos, y por supuesto nos pidieron oraciones por su labor en la Iglesia, esperando “volver a vernos” más adelante si se llega a dar nuevamente la oportunidad.

Nuestros misioneros
Escribía san Juan Pablo II: “Inculturación es lo que permite a la Iglesia encarnar el Evangelio en las diferentes culturas, asumiendo lo que hay de bueno en estas culturas, y renovándolas desde su interior. La inculturación constituye un camino hacia una plena evangelización para que todo hombre pueda acoger a Jesucristo en la integridad de su ser personal, cultural, económico y político, de cara a su plena y total unión con Dios Padre y de una vida santa bajo la acción del Espíritu Santo…”; para lo cual se necesitan almas misioneras, que lleven el mensaje de Jesucristo por todo el mundo; y es así que siempre para nosotros es una gracia recibir a nuestros misioneros que tienen la oportunidad de visitarnos, quienes junto con pedirnos oraciones por la misión de nuestra familia religiosa del Verbo Encarnado y de la Iglesia, además nos cuentan acerca del trabajo que realizan en sus distintas misiones, motivo de acción de gracias y renovación y aumento de plegarias y sacrificios, para cada día sean más las almas que se beneficien del Anuncio del Evangelio.

En esta oportunidad, contamos con la visita nuestros sacerdotes: P. Gervais Baudry, misionero Hong Kong; los padres Salvador Curutchet, Luis Zapata, misioneros en Filipinas; y el P. Michael Zhang, misionero en Taiwan.; quienes celebraron la santa Misa en nuestra capilla y nos acompañaron durante la Adoración Eucarística de la tarde, para luego rezar todos juntos las Vísperas y terminar con una grata cena en Familia.

Damos gracias a Dios por permitirnos recibir a los peregrinos en este santo lugar, especialmente en esta ocasión en que en tan pocos días recibimos a tantos consagrados, es decir, “obreros que trabajan para la mies del Señor”; a quienes encomendamos a sus oraciones junto con pedirles también que tengan presente en ellas el aumento de las vocaciones a la vida consagrada, especialmente para que cada día sean más las almas dispuestas a dejarlo todo por llevar el Evangelio de Jesucristo hasta los confines del mundo.

Con nuestra bendición, en Cristo y María:
Monjes del Monasterio de la Sagrada Familia;
Séforis, Tierra Santa.

Comenzando el año en Séforis

Noticias breves del Monasterio de la Sagrada Familia,

Tierra Santa

 

Queridos amigos:
Durante estos últimos meses, por gracia de Dios, hemos podido recibir a variados peregrinos en nuestro Monasterio: religiosos, familiares de nuestros misioneros, laicos peregrinos que nos han conocido a través de este medio, etc.
Si bien, debido a las actividades de fin de año no hemos tenido mucho tiempo de escribir pequeñas crónicas, no han faltado las oportunidades para agradecer a Dios sus muchos beneficios, de entre los cuales les compartimos algunos.

Bendición del “pequeño Charbel”

Un matrimonio allegado al monasterio, perteneciente al grupo de oración “Hijos de la luz”, luego de una larga espera y muchas oraciones han podido ser padres del pequeño Charbel. Para compartir con nosotros su alegría y gratitud por las oraciones a las cuales nos unimos desde la casa de santa Ana, decidieron venir a bendecir a su hijito aquí, en la santa Misa, antes de bautizarlo en uno de los lugares santos; y junto con ellos algunos de los Hijos de la luz que quisieron acompañarlos. De más está decir la gran alegría que reflejaba en los rostros de estos nuevos padres.

Peregrinos

Como ya les hemos dicho más arriba, hemos podido recibir a variados peregrinos, como varias de nuestras religiosas, algunas a punto de partir para sus nuevos destinos, quienes han podido peregrinar por los santos lugares y acompañarnos en la liturgia del monasterio, ayudándonos de esta manera a hermosear la liturgia, especialmente con los cantos al sumar más voces y a rendirle culto a Dios en este lugar que, si bien está apartado de las iglesias más cercanas a Nazaret y Caná, sin embargo, desde hace ya casi 13 años alberga un sagrario con nuestros Señor Sacramentado presente en él.
Entre las visitas que hemos tenido están los padres Pablo De Santo y Marcelo Gallardo, nuestros sacerdotes misioneros en Jerusalén, Belén y Bet Jala, quienes realizan una gran labor en dichos lugares y con quienes no pudimos estar este año para Navidad -ya que nos encontrábamos en el encuentro de nuestra Rama Contemplativa junto con los demás monjes y el P. Nieto, en España-, pero que, sin embargo, se hicieron el tiempo para venir a vernos y compartir en familia.

Trabajos

Gracias a Dios trabajo jamás nos falta, y para comenzar el año junto con las lluvias hemos dado comienzo a la limpieza del terreno de manera especial luego de tantas lluvias ya mencionadas, las cuales han sido una gran bendición luego del anterior año de sequía.
También continuamos con la elaboración de las mermeladas y algunos arreglos en nuestra pequeña hospedería.

Como siempre a Dios sean dadas las gracias por sus muchos beneficios y bendiciones, de las cuales ciertamente podemos ver tan sólo un ápice.
Nos encomendamos a sus oraciones y les pedimos especialmente por los peregrinos y los cristianos de Tierra Santa, por su santificación y valiente testimonio de fe.

Con nuestra bendición, en Cristo y María:
Monjes del Monasterio de la Sagrada Familia.

Los padres del pequeño Charbel y amigos del Monasterio

La imagen puede contener: 4 personas, personas sonriendo, personas de pie
Samer, amigo del Monasterio, quien amablemente se encarga de traducir al árabe la Homilía predicada en italiano, lengua común entre nosotros desde que nos conocemos. ¡Muchas gracias Samer!
 
Con peregrinas de nuestra familia religiosa después la Adoración Eucarística de la tarde y posterior del rezo de vísperas.
Daniel, nuestro feligrés habitual de los Domingo y amigo del Monasterio, quien vino a saludarnos con su hermano y rezaron junto con nosotros delante de Jesús sacramentado, como siempre que Daniel puede.
Preparando la mermelada de kinotos con la fruta que nos regaló la hermana de nuestra profesora de hebreo
Luego de la poda… las primeras rosas del año.

“Reunión de religiosos en Belén”

Instituto del Verbo Encarnado en Medio Oriente

Queridos amigos:
Por gracia de Dios, hemos tenido la posibilidad de participar de un encuentro de religiosos de las diversas congregaciones que misionan en Tierra Santa, organizado por “El comité de religiosos de Tierra Santa”.

La reunión fue presidida por Su Beatitud Michel Sabbah, quien recibió a nuestra familia religiosa del Verbo Encarnado en Medio Oriente, y participaron de la misma representantes de muchas y diversas congregaciones actualmente presentes en Medio Oriente, tales como jesuitas, salesianos, dominicanos, asuncionistas, franciscanos, miembros de la Congregación del Sagrado Corazón y finalmente nosotros, sacerdotes del Instituto del Verbo Encarnado.

El Comité de Religiosos de Tierra Santa se reúne periódicamente dos o tres veces al año para reunir representantes de todas las realidades religiosas presentes en el territorio y promover el intercambio y el conocimiento mutuos referente a la actividad misionera de cada congregación.
Este año el comité ha decidido designar para cada reunión a dos exponentes de algunas de las diversas congregaciones para presentarse ante los participantes, informándoles sobre las características de su propia familia religiosa. Los designados para esta ocasión fueron: el Instituto del Verbo Encarnado (exposición a cargo del P. Marcelo Gallardo) y los Padres del Sagrado Corazón.

Al final de las presentaciones, Su Beatitud Mons. Michel Sabbah presentó la undécima carta pastoral de los Patriarcas Católicos del Este, publicada para Pentecostés de 2018.

Digno de mención es el apostolado recíproco entre los religiosos allí presentes respecto a presentar lo propio de cada congregación, lo cual se palpó notablemente en el recreo y momento previo a la reunión, en que pudimos compartir y presentarnos con varios sacerdotes y hasta monjes de otras congregaciones, y dar a conocer así algo más sobre nuestra misión en Séforis.

Damos gracias a Dios por todos los beneficios recibidos durante este encuentro. Encomendamos a sus oraciones, en esta ocasión, especialmente a todos los religiosos que desempeñamos nuestra labor misionera en Medio Oriente, especialmente por nuestra perseverancia, santificación, y que jamás se apague de nuestros corazones el celo misionero.

Con nuestra bendición, en Cristo y María:

Monjes del Monasterio de la Sagrada Familia,
Séforis, Tierra Santa.

Durante las exposiciones
Su Beatitud Mons. Michel Sabbah
Su Beatitud Mons. Michel Sabbah

“Padre Gustavo Nieto, Superior General del IVE, en Séforis… pero no vino solo”

“25 años de sacerdocio”

Queridos amigos:

Por gracia de Dios hemos recibido una gran visita en la casa de santa Ana. Un grupo de doce de nuestros sacerdotes misioneros de diversos lugares del mundo venidos junto con nuestro Superior General, quisieron celebrar aquí la santa Misa y pasar una velada familiar junto con nosotros, todo inmerso en un clima de completa gratitud, ya que luego de muchos años han coincidido todos ellos para festejar sus 25 años de sacerdocio con esta peregrinación a Tierra Santa.

Bien sabemos nosotros que la perseverancia, especialmente en la vocación, es una gracia que hay que pedir todos los días, y en esta oportunidad nos alegramos junto con nuestros misioneros que durante todos estos años han perseverado, desde sus lejanas y variadas tierras de misión, en esta súplica filial al servicio de Dios: bautizando, predicando, confesando, alentando, y llevando el mensaje de la Buena Nueva del Evangelio según múltiples las necesidades y circunstancias de cada misión, y según el Carisma del Instituto del Verbo Encarnado, nuestra gran familia religiosa.

Delicadezas de la Divina Providencia

Como Dios no se deja ganar en generosidad y a menudo nos sorprende, pues en esta ocasión volvió a hacerlo mediante la generosidad de los cristianos árabes amigos del Monasterio quienes, apenas se enteraron de esta importante visita, quisieron ellos también tomar parte de esta bienvenida, y regalaron para nuestros peregrinos una cena típica árabe, además de venir a saludar y estrechar la mano de nuestros misioneros, signo de respeto que acá es mucho más fuerte que en Occidente, y rendir honor mediante sus especiales saludos, y lo mismo quiso hacer uno de nuestros benefactores que, si bien no es cristiano, profesa un profundo respeto hacia los consagrados. Incluso una pequeña ofreció “un canto para los abunas”.

La velada con estas dos familias transcurrió en un clima sumamente agradable, incluyendo cantos y acciones de gracias, y a los dos días nuestros sacerdotes vinieron a celebrar la santa Misa y conocer bien todo el lugar, terminando con un desayudo todos juntos.

Agradecemos al Padre Gustavo Nieto y todos sus compañeros de ordenación sacerdotal; los encomendamos a ellos y a todos nuestros misioneros a sus oraciones, pidiendo especialmente por su perseverancia y santificación y la de todos los miembros de nuestra familia religiosa.

Con nuestra bendición, en Cristo y María:

Monjes del Monasterio de la Sagrada Familia,

“La casa de santa Ana”

Velada con las familias árabes

“Fiesta de la exaltación de la santa Cruz y de nuestra Señora de los Dolores”

“Festejos en familia”

Queridos amigos:
Con gran alegría les queremos compartir estas dos celebraciones que pudimos realizar en un ambiente plenamente familiar, ya que en esta ocasión nos reunimos con nuestra familia religiosa que trabaja en Belén, Beit Jala y Beit-Sahur, lugares sumamente importantes dentro de la historia del cristianismo. A continuación, les contamos brevemente.

“Fiesta de la exaltación de la santa Cruz”

Para dicha celebración participamos de la santa Misa en el “Hogar Niño Dios” de Belén, que atienden nuestras hermanas asistidas y sacerdotes, a tan sólo unos metros de la Basílica de la Natividad. Para la ocasión vinieron algunos sacerdotes del Patriarcado Latino de Jerusalén y estuvieron también presentes los trabajadores y algunos de los voluntarios que ayudar en esta gran obra de caridad. La santa Misa fue presidida por el P. Iusuf Emad, misionero en gaza, y predicada por el P. Pablo De Santo, capellán de las hermanas del Hogar, quienes se encargaron de la liturgia y posteriores festejos en familia. Realmente ha sido una gracia enorme poder celebrar el día de “nuestro estandarte”: la santa Cruz de nuestro Señor Jesucristo, a tan pocos metros del lugar de su nacimiento.
Durante la santa Misa nuestras hermanas realizaron la renovación de sus votos religiosos, ya que ese día se celebra la “Virgen de Matará”, cuya cruz llevan nuestras religiosas como parte de su hábito.

“Nuestra Señora de los Dolores”

Al día siguiente celebramos temprano la santa Misa en Beit-Sahur, en el “Campo de los pastores”, lugar donde los pastores recibieron el anuncio de los ángeles sobre el nacimiento de Jesús, y desde donde fueron a verlo en el pesebre de Belén, a unos 30 o 40 minutos caminando. La santa Misa fue presidida por el P. Jason y predicada por el P. Néstor, y en ella participaron por supuesto nuestras religiosas que misionan cerca del lugar. Aquel día celebramos también el aniversario de votos perpetuos de varios de nuestros sacerdotes, y lo mismo el día anterior con las hermanas.
Posteriormente festejamos con un almuerzo en común en la casa Provincial de las hermanas, para luego retornar a nuestro Monasterio.

Damos gracias a Dios por las abundantes gracias recibidas, especialmente haber podido celebrar como familia religiosa con nuestros sacerdotes y hermanas que llevan a cabo su labor misionera con tanto esfuerzo por estas tierras santificadas por nuestro Señor Jesucristo mismo.
Nos encomendamos a sus oraciones pidiéndoles especialmente por los frutos de nuestras misiones en Medio Oriente, para que surjan santa vocaciones dispuestas a llevar el Evangelio donde sea y hasta las últimas consecuencias, como lo exige nuestra fe y amor a nuestro Señor.

Con nuestra bendición, en Cristo y María:
Monjes del Monasterio de la Sagrada Familia.

      

Solemnidad de San Joaquín y santa 2018 en Séforis

Desde la casa de santa Ana

 

Queridos amigos:

Bien sabemos nosotros los creyentes que la Divina Providencia no descansa. Dios siempre está trabajando y derramando sus bendiciones sobre nosotros, aun cuando a veces no le prestemos mucha atención a todas sus gracias, o al menos no de inmediato, sin embargo, en todo momento Él se está preocupando por nosotros y ofreciéndonos sus abundantes beneficios.

Pero también es cierto que son muchas las gracias que se nos manifiestan de manera notable y que vale la pena compartir. Pues bien, de estas gracias -como siempre- no estuvimos exentos este año, y es así que los queremos hacer partícipes de nuestra alegría por los beneficios recibidos para la celebración de este año.

Preparativos

Todos los años, para la celebración, ponemos un pequeño techo al lado izquierdo de la basílica, donde desgraciadamente no entran todas las personas que asisten, obligando a los demás a buscar la sombra para participar mejor de la santa Misa. Este año, por primera vez, pudimos cubrir prácticamente toda la ruina con grandes “media sombras”, haciendo así no sólo que el lugar quedase más fresco, sino que además el altar para la santa Misa quedó al centro de todo, con los restos de la casa de santa Ana atrás y todos los feligreses sentados. Pero antes de esto recordemos todo el trabajo de limpieza y orden del lugar, para el cual la Divina Providencia nos envió con gran generosidad las manos que nos hacían falta, en atención al día de sus abuelos terrenos, por lo cual queremos resaltar de manera especial las manos de cinco jóvenes voluntarios españoles, quienes durante su peregrinación, al enterarse de la fiesta y de que éramos sólo dos monjes ofrecieron en seguida su ayuda, gracias a la cual se pudo techar, limpiar y ordenar de manera notable. Después vinieron también nuestras hermanas a cooperar con la preparación, con lo cual terminamos de formar el “equipo de trabajo” de este año, importantísimo para nosotros también por algunas innovaciones, como el ya mencionado techo, una sencilla reja para resaltar más aún los restos de los que fue (según nos enseña la tradición y antigua peregrinación a este santo lugar), la casa de santa Ana, y la petición de una veneración especial de la gran roca que nos ha quedado como gran reliquia, más sillas para que todos pudieran participar cómodamente, etc.

“El gran día”

 Ya dijimos que por vez primera todo pudo estar techado, y cómo llegaron providencialmente más manos voluntarias; pues bien, la ayuda continuo cuando llegaron nuestras religiosas a ayudarnos con la liturgia y últimos detalles del lugar. Ya para la ceremonia tuvimos el altar al centro, 14 sacerdotes concelebrantes venidos de distintas parroquias de Nazaret junto con los frailes de la Custodia de Tierra Santa y hasta un matrimonio cristiano que amablemente se ofreció a dirigir los cantos trayendo ellos mismos el órgano, parlantes y micrófonos. Las “Hijas de santa Ana” (religiosas italianas vecinas, a quienes celebramos la santa Misa) nos prestaron la imagen de santa Ana junto con una reliquia; luego pusimos el cuadro de santa Ana con la Virgen niña que está en nuestra capilla y gracias a Dios la Ruina de la Basílica se vio notablemente embellecida, dejando también muy contentos a los feligreses que participaron de la celebración.

“Un regalo especial”

Como les contamos en la crónica anterior, habíamos hecho una petición especial de veneración de la roca al centro de la basílica, la gran reliquia de la casa de santa Ana, la cual fue solemnemente aprobada por los padres franciscanos y llevada a cabo antes de la bendición final: se rezó una oración especial, luego pasamos a la roca donde se leyó el Evangelio para luego incensar la roca y bendecirla con cantos. Finalmente se dio la bendición a todos los feligreses y después de la santa Misa pudimos participar de un sencillo festejo con nuestra familia religiosa presente en la solemnidad.

Damos gracias a Dios por todos sus beneficios, por las manos que nos envió y por las muchas oraciones de ustedes por esta celebración que Él atendió paternalmente y de manera tan notable.

Nos encomendamos como siempre a sus oraciones y comprometemos las nuestras por sus intenciones.

Con nuestra bendición, en Cristo y María:

Monjes del Monasterio de la Sagrada Familia,

Séforis, Tierra Santa.

P. Jason Jorquera M.

P. Néstor Andrada

¡Celebrando a nuestra Patrona!

Nuestra Señora de Luján, festejos en Belén

 

Queridos amigos:
“Toda madre tiene una misión específica, que le corresponde por título: velar por sus hijos; pero en la Virgen de Luján, en cuanto nuestra patrona, esta misión se ensancha y se extiende de una manera completamente diferente, especial, magnánima, “irrefrenable” -podríamos decir-; ya que por medio de la misión su maternidad no se detiene, al ir abarcando junto con su Hijo a todas las almas que Él va conquistando, porque donde está Jesús está María, y donde están los misioneros de Jesucristo está la Reina de las misiones acompañando, confortando, sosteniendo e intercediendo por nosotros, “sus primeros misionados”; y esta consideración nos recuerda que así como la Virgen nos asumió con las responsabilidades propias de su patrocinio, así también nosotros tenemos deberes de amor filial con nuestra madre y patrona…” (Extracto de la Homilía predicada en el Hogar Niño Dios, Belén).

Por gracia de Dios hemos podido festejar, el pasado 8 de mayo, a nuestra Señora de Luján como corresponde: en familia, y en un lugar tan significativo como lo es Belén, donde por divina disposición el Hijo de Dios fue recibido en este mundo por las purísimas manos de la Virgen. Para celebrar nos reunimos todos en el Hogar Niño Dios, donde rezamos ya la noche anterior los Maitines, y luego la santa Misa al día siguiente, presidida por el P. Pablo De Santo, rindiendo homenaje a nuestra Patrona y compartiendo a la vez la alegría, en nuestro caso, de haber cumplido 12 años de fundación del Monasterio de la Sagrada Familia, nuestra casa.

Luego de la santa Misa compartimos una cena festiva con nuestros demás religiosos de Tierra Santa, cerrando así la jornada dedicada a nuestra Señora de Luján, patrona de nuestra familia religiosa del Verbo encarnado.

Damos gracias a Dios por todos los beneficios recibidos durante todos estos años, especialmente por medio de las manos de María santísima, y encomendamos a sus oraciones a todos los miembros de nuestra familia religiosa, para que seamos siempre fieles a la “aventura misionera”, según enseñan nuestras constituciones.

Con nuestra bendición, en Cristo y María:
Monjes del Monasterio de la Sagrada Familia.

¡Abuna!, ¡abuna!: “¡Manos y manitos a la obra!”

Desde la casa de santa Ana

 

Queridos amigos:
El día de hoy les queremos compartir una nueva y muy especial jornada de trabajo con voluntarios en nuestro monasterio el día de ayer, sábado. Desde ya les anticipamos que no será precisamente breve esta crónica, ya que han sido muchas las gracias recibidas por medio de nuestros colaboradores, así como las que ellos mismos han recibido ciertamente por su generosidad.

“¡Abuna!, ¡abuna!”, fue la palabra que más veces llegó a nuestros oídos durante toda la jornada, y que es la manera de llamar a los sacerdotes que tienen los árabes cristianos aquí, es decir, “Padre”; y que normalmente venía acompañada de gestos y mímicas (especialmente de los más pequeños), para preguntarnos “qué más hacer”, o “dónde dejo esto”, “qué hacer con aquello”, o simplemente mostrarnos cómo trabajaban con una gran y común sonrisa.

La jornada comenzó con la oración, como corresponde, para ofrecer el trabajo a Dios y encomendarnos a san José obrero. En seguida les dimos una pequeña charla sobre la vocación: a la existencia, a la Iglesia, a buscar en todo la santidad, e ir descubriendo poco a poco el plan de Dios en lo que se refiere a toda nuestra vida. La plática fue en italiano e iba siendo traducida al árabe. Posteriormente se distribuyeron los niños y jóvenes por sectores con sus respectivos encargados y “pusimos manos y manitos a la obra”, ya que éramos los monjes, adultos, jóvenes y niños ocupados cada uno en su tarea: los más pequeñitos ayudaron en el jardín de la Virgen, otros se encargaron de la sacristía, una señora del planchado de los elementos litúrgicos y el resto nos dedicamos en gran parte a sacar malezas, tirarlas afuera, limpiar, etc., y finalmente hasta tuvimos la plantación de un árbol que pretende conmemorar toda esta mañana en equipo, además de flores en distintos lugares del Monasterio.

Una vez finalizados los trabajos, continuamos en comunidad con un almuerzo-árabe festivo, que los mismos voluntarios se encargaron de preparar, y donde las sonrisas no se ausentaron jamás, así como tampoco los “¡abunas!” de los niños.

Luego nos fuimos a la capilla para dar gracias a Dios en primer lugar, y luego a nuestros colaboradores, quienes con sus manos (y sus manitos), su esfuerzo y su alegría, nos ayudaron enormemente con el mantenimiento de este lugar santo, y nos mostraron una vez más cómo pese a las diferencias culturales y demás, siempre nuestra fe común es fuente de unidad para quienes creemos y queremos amar cada vez más y mejor a Dios.

Coronamos la jornada con la bendición y despedida de los niños, luego de la torta con uno de ellos que justamente estaba de cumpleaños y por sorpresa recibió aquí todos los saludos.

Encomendamos a sus oraciones a todos los cristianos de Medio Oriente, especialmente los niños y jóvenes, para que jamás se marchite en ellos la fuerza de la fe, y para que surjan de entre ellos abundantes y santas vocaciones para la Iglesia.

Con nuestra bendición, en Cristo y María:
Monjes del Monasterio de la Sagrada Familia.
“Abuna Jason y abuna Néstor”

PD: Y por supuesto, les compartimos las fotos que nos han enviado.
¡Feliz Domingo!

“Solemnidad de la Encarnación en el lugar de la Encarnación”

Desde la casa de santa Ana

Queridos amigos:
Es para nosotros una muy grande alegría contarles de la gracia enorme que significa para nosotros celebrar esta solemnidad (que este año se trasladó al pasado 8 de abril debido a la Pascua) en el lugar mismo donde aconteció dicho misterio, del cual además toma el nombre nuestra familia religiosa del ”Verbo Encarnado”, y que además los monjes llevamos impreso en el santo escapulario que forma parte de nuestro hábito religioso; fue así que la celebración fue como correspondía que fuese: en familia.
Para los festejos rezamos los Maitines aquí, en nuestro Monasterio, y al día siguiente participamos de la Santa Misa y el ángelus en la Basílica de la Anunciación, en Nazaret, donde hace poco más de 2000 años nuestro Señor Jesucristo entró a este mundo en el vientre de María santísima por obra del Espíritu Santo.
 
Luego de la participación litúrgica, tuvimos un almuerzo festivo nuevamente en nuestra casa y después pudimos compartir un rato más con nuestras hermanas y sacerdotes antes de que regresaran cada uno a sus respectivos lugares de misión.
 
Damos gracias a Dios, como siempre, por la enorme gracia que significa vivir y testimoniar el Evangelio en Tierra Santa, y nos encomendamos a sus oraciones para ser siempre fieles al mandato misionero, llevando a todas las almas las inefables consecuencias de la Encarnación del Hijo de Dios y su paso redentor por la tierra.
 
Con nuestra bendición, en Cristo y María:
Monjes del Monasterio de la Sagrada Familia.

 

Lugar que fue la casa de santa María en el momento del anuncio del ángel y la Encarnación del Hijo de Dios

P.  Gabriel Romanelli, superior provincial, durante la homilía