Ven, Espíritu Santo, y concédenos el don de la Sabiduría, que dándonos a conocer la verdadera dicha, nos separe de las cosas del mundo y nos haga gustar y amar los bienes celestiales.
Gloria.
Ven, Espíritu Santo, y concédenos el don del Entendimiento, para que más fácilmente conozcamos y penetremos las verdades y misterios de nuestra fe.
Gloria.
Ven, Espíritu Santo, y concédenos el don del Consejo, que nos haga elegir en todo momento lo que contribuya más a la gloria de Dios y a nuestra propia santificación.
Gloria.
Ven, Espíritu Santo, y concédenos el don de la Fortaleza, que haciéndonos superar todos los obstáculos que se oponen a nuestra salvación, nos una tan íntimamente a Dios nuestro Señor, que nada ni nadie pueda separarnos de Él.
Gloria.
Ven, Espíritu Santo, y concédenos el don de la Ciencia, que nos de el perfecto conocimiento de Dios y de nosotros mismos así como de los medios que debemos poner en práctica y de los peligros que debemos evitar para llegar al cielo.
Gloria
Ven, Espíritu Santo, concédenos el don de la Piedad, que nos conduzca a cumplir con facilidad todo lo que sea del servicio de Dios y nos haga encontrar dulce y ligero el yugo del Señor.
Gloria.
Ven Espíritu Santo, y concédenos del don del Temor de Dios, que nos haga evitar con el mayor cuidado, en todos los instantes de nuestra vida, todo lo que pueda desagradar a nuestro Padre celestial.
Gloria.
Ven, Espíritu Consolador, Padre de los pobres, Esposo y suave refrigerio de las almas; ven y enriquécenos con las misericordias de tus siete dones, y danos con ellos tus preciosos frutos, a fin de que con tu divina asistencia guardemos puro nuestro corazón en la tierra y merezcamos después ver a Dios eternamente en el cielo. Así te lo pedimos por Cristo Señor nuestro que contigo y el eterno Padre vive y reina por los siglos de los siglos. Amén