Novena para la solemnidad de la Encarnación del Hijo de Dios

Monasterio de la Sagrada Familia, Séforis-Tierra Santa

Oraciones para cada día

Día primero: Por el Papa y por la Iglesia

Señor Jesús, Cordero de Dios, cuya Encarnación fue necesaria para rescatarnos de las consecuencias del pecado; te pedimos por el santo Padre y por tu Iglesia, para que seamos fieles al salvífico Evangelio que nos predicaste por medio de tu santa humanidad.

Día segundo: por la unidad de los cristianos

Señor Jesucristo, cuyo amor por los hombres te llevó a encarnarte en busca de su redención, te pedimos por la unidad de los cristianos, que cumplamos en nosotros aquel deseo que elevaste al Padre eterno de que todos seamos uno[1] por tu amor, así como Tú y el Padre lo son con el Espíritu Santo desde toda la eternidad.

Día tercero: Por las Misiones Ad Gentes que han sido confiadas al Instituto, particularmente en los lugares más difíciles

Señor y Dios nuestro, que por tu Encarnación nos manifestaste al mismo tiempo tu bondad, sabiduría y poder infinitos, asumiendo nuestra pobre naturaleza humana para hacerla recuperar, mediante tu cruz, la gracia perdida por Adán; te pedimos por las Misiones Ad Gentes encomendadas a nuestra Familia Religiosa, especialmente las más difíciles; que tu copiosa gracia convierta los corazones más empedernidos y se siga extendiendo junto con tu doctrina salvífica por el mundo entero.

Día cuarto: Por todos los miembros del IVE, por nuestra fidelidad al carisma recibido y perseverancia en la vocación

Señor Jesucristo, que en virtud de tu Encarnación nos dejaste en tu santa humanidad ejemplo de todas las virtudes para que siguiéramos tus huellas, te pedimos por todos los miembros del Instituto del Verbo Encarnado, para que seamos fieles al Carisma del Espíritu Santo que recibió nuestro fundador, y para que podamos perseverar hasta el final en la vocación a la vida consagrada que tu bondad nos concedió, y que podamos cumplir tu voluntad en todas nuestras empresas.

Día Quinto: Por las Servidoras del Señor y la Virgen de Matará

Señor Jesús, que mediante tu Encarnación viniste a hacernos partícipes de tu divinidad mediante la gracia, elevando así nuestra naturaleza a la excelsa dignidad de hijos del Altísimo, te pedimos por las Servidoras del Señor y de la Virgen de Matará, para que permanezcan siempre fieles a tu servicio y entregadas totalmente a tu gloria y salvación de las almas.

Día sexto: Por los miembros de la Tercera Orden

Señor y Dios nuestro, en cuya Encarnación asumiste todo lo verdaderamente humano, menos el pecado, te pedimos por los miembros de nuestra Tercera Orden, para que perseveren fielmente en el compromiso asumido dentro de nuestra “Familia del Verbo Encarnado”, tomando siempre parte activa en la defensa de la Verdad revelada.

Día séptimo: Por nuestros difuntos

Señor Jesucristo, Camino, Verdad y Vida para nuestras almas, que haciéndote hombre cimentaste en Ti mismo nuestra fe, te pedimos por nuestros difuntos, que puedan gozar eternamente de la gloria que la fe nos ofrece junto a Ti.

Día octavo: Por las vocaciones

Señor y Dios nuestro, en cuya Encarnación encontramos una fuente inagotable de esperanza, ya que en ella se nos demuestra cuán grande es el amor de Dios por el pecador que viene a rescatar, te pedimos por el aumento, perseverancia y santificación de las vocaciones consagradas, que jamás falten operarios que correspondan con una entrega total al servicio de tu mies.

Día noveno: Por nuestros benefactores

Señor Jesucristo, cuyo amor inabarcable por los hombres nos manifestaste en tu sagrada Encarnación,  liberándonos de la esclavitud del pecado y dándonos por medio de ella la posibilidad de corresponder a tu infinita bondad; te pedimos por nuestros benefactores, tanto materiales como espirituales, por su santificación e intenciones, y para que nunca falten a tu Iglesia almas generosas que la quieran ayudar y contribuir a tu mayor gloria y salvación de las almas.

Letanías del Verbo Encarnado

Ant: Bendito sea el Verbo que se encarnó de María Virgen.

  • Bendito sea el Verbo, Segunda Persona de la Santísima Trinidad.
  • Bendito sea el Verbo, que preexiste desde siempre.
  • Bendito sea el Verbo, por quien todas las cosas fueron hechas.
  • Bendito sea el Verbo, que se hizo carne y habitó entre nosotros.
  • Bendito sea el Verbo Encarnado, que ilumina a todos los hombres.
  • Bendito sea el Verbo Encarnado, que se anonadó a sí mismo tomando forma de esclavo.
  • Bendito sea el Verbo Encarnado, que se formó por nueve meses en el seno de la Santísima Virgen María.
  • Bendito sea el Verbo Encarnado, que fue bautizado por Juan en el Jordán.
  • Bendito sea el Verbo Encarnado, que eligió a sus discípulos.
  • Bendito sea el Verbo Encarnado, que proclamó las bienaventuranzas.
  • Bendito sea el Verbo Encarnado, que predicó la penitencia.
  • Bendito sea el Verbo Encarnado, que todo lo hizo bien.
  • Bendito sea el Verbo Encarnado, pobre, casto, y obediente hasta la muerte.
  • Bendito sea el Verbo Encarnado, sacerdote, rey, y profeta.
  • Bendito sea el Verbo Encarnado, pan para la vida del mundo.
  • Bendito sea el Verbo Encarnado, que se hizo obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.
  • Bendito sea el Verbo Encarnado, varón de dolores.
  • Bendito sea el Verbo Encarnado, manso y humilde de corazón.
  • Bendito sea el Verbo Encarnado, que descendió a los infiernos.
  • Bendito sea el Verbo Encarnado, que resucitó al tercer día según las Escrituras.
  • Bendito sea el Verbo Encarnado, que ascendió a los cielos.
  • Bendito sea el Verbo Encarnado, que ha de venir nuevamente.
  • Bendito sea el Verbo Encarnado, sumo y eterno Sacerdote.
  • Bendito sea el Verbo Encarnado, Cabeza de todas las cosas, celestes y terrestres.
  • Bendito sea el Verbo Encarnado, presente en toda alma en gracia.
  • Bendito sea el Verbo Encarnado, presente bajo las especies de pan y vino.
  • Bendito sea el Verbo Encarnado, en la espada del Espíritu, que es su Palabra.
  • Bendito sea el Verbo Encarnado, en quien todas las cosas han de ser restauradas.
  • Bendito sea el Verbo Encarnado, Rey de todos los pueblos.
  • Bendito sea el Verbo Encarnado, signo de contradicción.
  • Bendito sea el Verbo Encarnado, Sol que nace de lo alto.
  • Bendito sea el Verbo Encarnado, Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.
  • Bendito sea el Verbo Encarnado, Camino, Verdad y Vida.
  • Bendito sea el Verbo Encarnado, Cabeza de su Cuerpo, la Iglesia.
  • Bendito sea el Verbo Encarnado, que envió al Espíritu Santo.
  • Bendito sea el Verbo Encarnado, en los siete sacramentos que nos entregó.
  • Bendita sea la Madre del Verbo Encarnado, María Santísima.
  • Bendita sea la Madre del Verbo Encarnado, Corredentora.
  • Bendito sea el Verbo Encarnado, Principio y Fin, Alfa y Omega, Primero y Último.

Oración final

Señor, Dios nuestro, que quisiste que tu Verbo se encarnase en el seno de la santísima Virgen María, concede a quienes proclamamos que nuestro Redentor es Dios y hombre verdadero, que lleguemos a ser partícipes de su naturaleza divina, y que jamás dejemos de trabajar esforzadamente por tu gloria y por las almas que tu misericordia sin límites nos ha encomendado.

Por el mismo Jesucristo nuestro Señor. Amén.

[1] Cf. Jn 17,21

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