“Fuimos pocos… pero muchos”
Queridos amigos:
Como en todo el mundo, las actuales circunstancias han restringido muchas cosas, como la apertura de algunos santuarios y sus celebraciones, y la casa de santa Ana no ha sido la excepción. Sin embargo, eso no significa que no nos hayamos preparado como la ocasión lo amerita; fue así que aumentamos las horas de trabajo para limpiar lo más posible y embellecer el monasterio y disponernos mediante el Triduo y demás para participar lo mejor posible del gran día de nuestro monasterio.
Este año la solemnidad de san Joaquín y santa Ana fue del todo especial en nuestro monasterio: a puertas cerradas y menos de 20 personas pues no se podía de otra manera, es decir, que en la santa Misa éramos pocos…, pero en las oraciones fuimos muchos. Nos resulta imposible terminar de ver -y más aun, responder- a todos los mensajes de acompañamiento y compromiso de oraciones que nos llegan; es así que como siempre les agradecemos a todos los que de diversos países nos acompañan con sus plegarias y sacrificios, a los cuales correspondemos siempre con los nuestros: “Dios los bendiga”, “la Virgen los acompañe”, “gracias por compartir”, “saludos y bendiciones desde…”, suelen ser los mensajes que más recibimos y agradecemos. Este año fuimos muchos en unión de oraciones y es por eso que la santa Misa la ofrecimos por la Iglesia y el mundo entero, por las intenciones y necesidades espirituales y materiales de ustedes, de nuestras familias, amigos, benefactores, etc., pidiendo de manera especial que las cosas cambién y mejoren, y que sepamos aprovechar las pruebas para aferrarnos más a Dios como buenos hijos suyos.
El trabajo en tierra de misión siempre es arduo, porque sin Cruz no hay santificación ya que en ella se encuentra a Cristo, pero ciertamente la comunión de oraciones hace que nos ayudemos entre todos a seguir adelante y perseverar en la voluntad de Dios, y eso es lo que pedimos para todas las almas encomendadas a nuestras oraciones.
Por gracia de Dios, para la ocasión nos acompañó nuestro Provincial, el P. Carlos Ferrero, y pudimos compartir con algunos de los padres franciscanos que vinieron y las hermanas Hijas de santa Ana; además de recibir por la mañana la visita de un pequeño grupo nuestras religiosas, misioneras en Tierra Santa, compartiendo también la santa Misa más temprano.
Desde la antaño casa de santa Ana, san Joaquín y la Virgen, y muy probablemente san José y Jesús temporalmente, nuestras oraciones por sus intenciones.
En Cristo y María:
Monjes del Monasterio de la Sagrada Familia,
Séforis, Tierra Santa.
A continuación, les ofrecemos algunas fotos en orden más o menos cronológico: desde los preparativos hasta la santa Misa.
La nueva bandera para la torre de la Iglesia
Los preparativos: