Desde la casa de santa Ana…
Queridos amigos:
Después de tanto tiempo es una gran alegría para nosotros poder compartirles las últimas mejoras que por gracia de Dios y tantas oraciones de ustedes, hemos podido concretar. Ciertamente que la actual situación ha limitado muchas cosas y tantas otras se han vuelto mucho más difíciles; sin embargo, la Divina Providencia no cesa de estar presente en todas partes y nos ha permitido ir poco a poco manteniendo y haciendo pequeños arreglos que contribuirán a preparar la casa de santa Ana para el retorno de los futuros peregrinos.
En esta oportunidad les queremos contar que, finalmente, hemos iluminado el jardín que recibe a quienes visitan estas ruinas, además de agregar algunas plantas nuevas, permitiendo así que tanto ellos como los posibles ejercitantes (quienes hacen Ejercicios Espirituales según el método de san Ignacio de Loyola) tengan un ambiente más para rezar incluso cuando cae el sol. Por ahora seguimos rezando para tener algún día un par de imágenes más que ciertamente contribuirían a la devoción de la casa de santa Ana.
Por otra parte, hoy comenzamos la cosecha para el aceite que nos abastece todo el año y que, si es suficiente, también podemos vender para ayudar al monasterio; es así que a partir de hoy nos dedicaremos especialmente a este trabajo tan importante para nosotros.
Finalmente les contamos que hoy pudimos abrir nuevamente las puertas del monasterio (con las normativas correspondientes a la actual situación), recibiendo 3 grupos de visitantes locales, quienes pudieron conocer acerca de nuestra vida aquí en Tierra Santa y algo de la historia de este santo lugar.
Siempre agradecidos de Dios, la Sagrada Familia y sus oraciones, a éstas nos seguimos encomendando y agradeciendo con las nuestras; y pidiendo especialmente por la actualmente difícil situación a nivel mundial que a tantas personas ha perjudicado; especialmente para que siempre aprovechemos las cruces, ofreciéndoselas a Dios en reparación por los pecados y abrazándolas con paciencia y santo abandono a su divina volunatd, que SIEMPRE sabe sacar bienes de los males que padecemos, sobre todo espirituales, si aceptamos amorosamente sus designios.
En Cristo y María:
Monjes del Monasterio de la Sagrada Familia,
Séforis, Tierra Santa.