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“Corpus Christi en el Monasterio de la Sagrada Familia”

Queridos amigos:
Por gracia de Dios, este año pudimos celebrar la solemnidad de Corpus Christi con los amigos del monasterio, lo cual permitió que, a diferencia de año pasado, pudiéramos realizar mejor la procesión con el Santísimo Sacramento, acompañado de los correspondientes cantos y campanas hasta llegar al mirador del monasterio, desde donde se contempla gran parte del valle, y desde allí bendecir con Jesucristo sacramentado. La Providencia se encargó de que al momento de llegar con la Eucaristía, cesara el fuerte viento que anteriormente apenas nos había dejado poner los manteles y preparar el altar de afuera para la bendición. Después regresamos con la misma solemnidad a la capilla para realizar la reserva y agradecer por esta importante y tan hermosa solemnidad. Finalmente, como cada sábado, compartimos un rato fraterno con nuestros amigos y nos despedimos esperando encontrarnos nuevamente como cada sábado en en Séforis: en la capilla para rezar.
Los tuvimos presente en la santa Misa y seguimos, como siempre, en unión de oraciones.
En Cristo y María:
Monjes del Monasterio de la Sagrada Familia,
Séforis, Tierra Santa.
Homilía para la solemnidad de Corpus Christi
Es bastante conocida la obra literaria de Saint Exupéry titulada “El principito”, en donde el autor narra un inolvidable encuentro con este pequeño hombrecito que busca amigos. Me gustaría citar el libro hacia el final (pero no es el final, por si alguno todavía no lo ha leído) porque resalta de una manera muy clara y a la vez profunda el valor de la verdadera amistad. Comienza este breve dialogo el principito:
-Mirarás por la noche las estrellas. No sabrás exactamente cuál es la mía pues mi casa es demasiado pequeña. Pero será mejor así. Para ti mi estrella será alguna de todas ellas; te agradará mirarlas y todas serán tus amigas. Luego te haré un regalo…
Rió nuevamente.
-Ah! cómo me gusta oír tu risa!
-Precisamente, será mi regalo… será como el agua…
-No comprendo.
-Las estrellas no significan lo mismo para todas las personas. Para algunos viajantes son guías. Para otros no son más que lucecitas. Para los sabios son problemas. Para mi hombre de negocios eran oro. Ninguna de esas estrellas habla. En cambio tú…, tendrás estrellas como ninguno ha tenido.
-Qué intentas decirme?
-Por las noches tú elevarás la mirada hacia el cielo. Como yo habitaré y reiré en una de ellas, será para ti como si rieran todas las estrellas. Tú poseerás estrellas que saben reír.
Volvió a reír.
-Cuando hayas encontrado consuelo (siempre se encuentra), te alegrarás por haberme conocido. Siempre seremos amigos.
La amistad es una de las especies del amor, es decir, que los amigos realmente se aman y buscan acrecentar ese mutuo amor; eso es la amistad.
Antes de seguir adelante, mencionemos brevemente el proceso del amor en general, para comprender mejor la particularidad del amor de Cristo.
Cuando los hombres descubrimos algo de bondad en los demás, ello capta nuestra atención. Luego de detenernos algún tiempo o comprendemos la bondad de aquello que llamó nuestra atención, surge la atracción hacia el objeto que contemplamos. Si ese objeto, que posee la bondad que nos atrae, no lo podemos llegar a poseer produce admiración. Pero si es posible poseerlo, brota la esperanza y junto con ello nuestra actitud de ir por él. Y, finalmente, cuando este objeto, bueno para nosotros (aun cuando en esto pueda haber error, como el que considera bueno algo que está mal y comete un pecado), cuando se da una correspondencia mutua entonces surge el amor. Y el fruto del amor, es la unión; es por eso que dos personas que se aman, ya sean hermanos, amigos, esposos, padres e hijos, etc., necesariamente tienden a buscar la unión de corazones, y en la medida que ese amor se vaya acrecentando, se vaya haciendo puro, el que ama irá haciendo lo posible por entregarse más profundamente a la persona que ama. El amor verdadero, entonces:
– se corresponde: por ejemplo los amigos que se buscan constantemente
– se manifiesta: como los esposos que se dicen todos los días que se quieren
– y busca cada vez más la unión de los que se aman.
El amor de Cristo
Habiendo considerado todo esto, vemos claramente que el amor de amistad, al igual todas las especies del amor, genera lazos tan fuertes entre aquellos que se aman que se dice que se van volviendo una sola alma, en cuanto que aman lo mismo, es decir, la bondad que descubren en el otro. Por eso la amistad perfecta, verdadera, agradable a los ojos de Dios, es la amistad que se funda en la virtud:
– no es amistad verdadera la que se funda en el interés,
– no es amistad verdadera la que funda en el placer,
– y no es amistad verdadera la que se fundamenta en el pecado; sino la que se asienta sobre los lazos de la virtud.
Pero para formase estos lazos se necesita además tiempo y hábito… El deseo de ser amigo puede ser rápido, pero la amistad no lo es. Entonces, la amistad con Jesucristo se va a dar esencialmente a partir de nuestro contacto con Él en la oración, en nuestros ratos a solas con Él y en el las obras de caridad que hagamos con los demás por amor a Él.
Pero Jesucristo, una vez más, rompe todos estos esquemas, porque en realidad los trasciende, está por sobre ellos, ya que Él, siendo Dios, se dignó amar a los hombres por su solo amor, de modo gratuito, y sin embargo tomando Él mismo la iniciativa contra todo lo que la sabiduría humana nos podría decir.
– No hay proporción entre ambas partes; Dios es perfecto y el hombre pecador.
– El hombre se había enemistado con Dios por el pecado y lo abandonó… pero Dios no abandonó al hombre y le envió a su Hijo.
– El hombre había rechazado la gracia, pero Dios se la volvió a ofrecer.
– Correspondía el castigo divino por la rebelión, pero Dios nos ofreció misericordia.
Y nos podemos preguntar: ¿cómo es posible que Dios nos ofrezca incansablemente sus dones?, y la respuesta es muy sencilla. Él mismo nos la dejó escrita en una carta que se llama Sª Eª, ahí se nos dice que “Él nos amó primero” …
Porque Dios siempre se nos adelanta. y hoy, en esta solemnidad del Corpus Christi, la santa Iglesia Católica, fruto del amor de Dios por los hombres, nos invita a considerar la mayor manifestación del amor de Dios hacia nosotros al dejarnos en la tierra, el manjar precioso que conduce al cielo: el Cuerpo y la Sangre de su Hijo… hoy es la celebración del Hijo de Dios entre los hombres, y también la alegría de los hombres capaces de hacerse, desde ahora, poseedores de Dios y de la eternidad:
«Yo soy el pan vivo bajado del cielo. El que coma de este pan vivirá eternamente, y el pan que yo daré es mi carne para la Vida del mundo.» Son palabras de Dios hecho hombre, y en favor de los hombres.
Cuando el amor es verdadero, implica el deseo y, podríamos decir, la necesidad de darse completamente hacia el amado. Jesucristo, siendo Dios, no quiso eximirse de este aspecto y decidió darse a sí mismo a los hombres. Nos dio su vida, pero como es Dios, no se conformó con darnos mucho y entonces decidió darnos todo. Y Él mismo, para poder dársenos todo y a todos, creó un sacramento y se hizo sacramento y hasta el fin de los tiempos seguirá presente este sacramento que es la fuente de la vida eterna y el mayor de los regalos que Dios podría habernos hecho:
«El que come mi carne y bebe mi sangre tiene Vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día.
Porque mi carne es la verdadera comida y mi sangre, la verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él.»
Frutos del amor de Cristo (San Alberto Hurtado) « Todas las más sublimes aspiraciones del hombre, todas ellas, se encuentran realizadas en la Eucaristía, [el sacramento del Cuerpo y la sangre de Cristo]:
1. La Felicidad: El hombre quiere la felicidad y la felicidad es la posesión de Dios. En la Eucaristía, Dios se nos da, sin reserva, sin medida…
2. Cambiarse en Dios: El hombre siempre ha aspirado a ser como Dios, a transformarse en Dios, la sublime aspiración que lo persigue desde el Paraíso. Y en la Eucaristía ese cambio se produce: el hombre se transforma en Dios, es asimilado por la divinidad que lo posee; puede con toda verdad decir como San Pablo: “ya no vivo yo, Cristo vive en mí” (Gal 2,20)…
3. Hacer cosas grandes: El hombre quiere hacer cosas grandes por la humanidad… […], ofreciendo la Misa […] el hombre: opone a todo el dique de pecados de los hombres, la sangre redentora de Cristo; ofrece por las culpas de la humanidad, no sacrificios de animales, sino la sangre misma de Cristo; une a su débil plegaria la plegaria omnipotente de Cristo, que prometió no dejar sin escuchar nuestras oraciones y ¡cuándo más las escuchará [el Padre] […] cuando esa plegaria proceda del Cristo Víctima del Calvario, en el momento supremo de amor…!
Además, en la Misa, el hombre y Dios se unen con una intimidad tal que llegan a tener un ser y un obrar. El sacerdote y los fieles son uno con Cristo que ofrece y con Cristo que se ofrece…
El mayor fruto de este amor de amistad íntima que nos ofrece Dios en el sacramento del cuerpo y sangre de su Hijo, es la unión. Y este es el colmo del amor de Dios, porque colma y sobrepasa nuestra medida, por eso nosotros tenemos un gran consuelo: que a Dios siempre se lo puede amar más y que Él siempre va a corresponder a ese amor con fidelidad.
En esta solemnidad del Corpus Christi, le pedimos a la mujer que realizó la primera procesión con el Santísimo Sacramento al visitar a su prima, que nos conceda la gracia de anunciar con nuestras vidas la gratitud a Dios por haberse quedado con nosotros hasta el fin de los tiempos… y de buscar hacer cada día más íntima nuestra unión con Dios mediante la eucaristía y una seria vida de oración.
P. Jason.

Breves del monasterio de la Sagrada Familia

Arreglos, voluntariado de las hermanas y concierto

Queridos amigos:
Por gracia de Dios, luego de que la situación se haya normalizado bastante en Tierra Santa, hemos podido seguir con algunos pequeños arreglos para el mejor mantenimiento del monasterio, como algunos nuevos letreros para indicar mejor tanto lo que implica que este santo lugar sea un monasterio, cuanto a pequeños detalles como indicaciones sencillas del mismo. Gracias a algunas ayudas especiales, también pudimos contratar a un pequeño tractor que se encargó de limpiar gran parte del parque que, debido a la abundancia de trabajo, no habíamos podido terminar de trabajar.
Todas las semanas recibimos grupos locales que se muestran muy interesados en escuchar algo acerca de la vida en el monasterio, así como cada vez más cristianos que vienen y aprovechan para rezar en la capilla, especialmente cada sábado en la santa Misa en español que celebramos para nuestros amigos que fielmente nos acompañan, e incluso a veces llegan antes para compartir la Adoración Eucarística de la tarde con los monjes.
También hemos podido recibir a dos hermanas que vinieron a dar una gran ayuda al monasterio, encargándose especialmente de colaborar con la sacristía y hospedería, lo cual ha permitido dedicar más tiempo a trabajos de jardín e intelectuales, y también para hacer más mermeladas y envasar el aceite que nos va quedando de los olivos del monasterio; además de ayudar en la liturgia especialmente con los cantos.
Finalmente, hablando de cantos, con gran alegría les podemos contar que ayer se realizó el primero de cuatro conciertos de música sacra en la ruina de la basílica dedicada a santa Ana que resguarda el monasterio, viniendo casi 200 personas en este primer concierto, pero esperando a más en los venideros. Ya desde casi dos horas antes comenzó a llegar la gente que aprovechó de compartir con nosotros haciéndonos muchas preguntas sobre el lugar, la vida monástica, nuestras familias, etc.; y comprándonos los productos del monasterio para ayudar así también al mantenimiento y arreglos siempre necesarios.
Damos gracias a Dios, la Sagrada Familia y a todos aquellos que nos acompañan a la distancia con sus oraciones, pidiéndoles especialmente por las necesidades de los cristianos de Tierra Santa, y para que nunca falten las almas generosas dispuestas a dejarlo todo sin mirar atrás, para abrazar el seguimiento de nuestro Señor Jesucristo en la vida consagrada, especialmente allí donde hay más necesidad espiritual.
En Cristo y María:
Monjes del Monasterio de la Sagrada Familia,
Séforis, Tierra Santa.

“Breves del monasterio de la Sagrada Familia”

Desde la casa de santa Ana

Queridos amigos:
Por gracia de Dios estas últimas semanas no han dejado de ser intensas, tanto por los trabajos de mantenimiento cuanto de los apostolados realizados en el monasterio; razón por la cual nos ha resultado difícil poner nuevas publicaciones respecto a la casa de santa Ana. Sin embargo, seguimos recibiendo sus saludos y oraciones como siempre, así como sus palabras de acompañamiento a la distancia, por lo cual aprovechamos ahora para compartrles algunas líneas sobre este último tiempo.
Mantenimiento
Por gracia de Dios vamos poco a poco realizando pequeños arreglos, como algunos nuevos letreros (y otros que pronto prontamente llegarán), nuevas flores de temporada; comenzar a restaurar los asientos para el jardín, etc.
Peregrinación a Nazaret
Hace aproximadamente dos semanas, un segundo grupo de hermanas pudo realizar la peregrinación de Séforis a Nazaret, pidiendo especialmente por las vocaciones y por nuestra familia religiosa; que sean cada vez más las almas generosas que acepten el llamado de Dios a servirlo en favor de las almas en tierra de misión.
Visitas al monasterio
Como ya les hemos contado, actualmente la mayoría de quienes nos visitan son locales no cristianos, quienes se muestran muy interesados en conocer nuestro estilo de vida y poder compartir algún momento con los monjes de Séforis, gran oportunidad para aprender recíprocamente sobre lo que cada cual cree y testimonia; siendo realmente muy enriquecedor y fecundo. Por otro lado, estamos recibiendo más grupos de cristianos locales que vienen a rezar, y esta es para nosotros una gran alegría, ya que hace mucho tiempo no veíamos las velas de las imágenes de los santos de la capilla encendidas por ellos, y nuevamente -poco a poco-, podemos encontrarnos con los asientos de la capilla ocupados por devotos que elevan a Dios sus plegarias desde la casa de santa Ana.
Voluntarias y más ayudas al monasterio
Bien sabemos que la vida en el monasterio, y en toda comunidad religiosa, es intensa física como espiritualmente. Es así que hemos podido recibir con gran alegría a 3 de nuestras hermanas de Belén: la M. Cielo (Provincial), entre ellas, quienes decidieron venir a hacer unos días de “voluntariado”, dándonos una ayuda enorme especialmente en lo que respecta a la capilla y sacristía, además de la hospedería. También hemos recibido pequeñas donaciones y ayudas que nos han permitido contribuir a pequeños arreglos y sustento del monasterio. Les agradecemos enormemente, al igual que a ustedes por sus oraciones.
Feligreses de Séforis
Gracias a Dios, pese a las dificultades que han afectado la apertura y capacidad de recepción de fieles en las distintas iglesias; hemos podido continuar con la santa Misa del fin de semana con algunos amigod y feligreses que nos acompañan regularmente. Ya que aquí el Domingo es día laboral, hemos comenzado desde hace unos meses a tener la Adoración de la tarde y a continuación la santa Misa con nuestros amigos, luego de la cual compartimos una media hora de encuentro fraternal con el correspondiente café.
Eutrapelia sacerdotal
Gracias a Dios hemos podido encontarnos en Belén con nuestros padres, pudiendo participar de una aradable eutrapelia (tiempo para compartir en comuniad), incluyendo al P. Romanelli quien nos visita unos días, y con quien pudimos rezar el santo Rosario en 5 lenguas desde el jardín del monasterio, transmitido en directo; siendo muchas las personas que nos acompañaron pese a la diferencia de horario en tantos países.
Damos gracias a Dios por tantas gracias recibidas de su bondad, por su Divina Providencia que no deja de hacerse presente con sus manos llenas de bendiciones en favor de las almas; y como siempre nos encomendamos a sus oraciones, comprometiendo las nuestras por sus necesidades materiales y espirituales, e intenciones, desde la casa de santa Ana.

“Triduo Pascual en Jerusalén”

Desde la casa de santa Ana

Queridos amigos:
Escribía san Juan Pablo II que “En la resurrección se reveló el hecho de que ‘en Cristo reside toda la plenitud de la Divinidad corporalmente’ (Col 2, 9; cfr. 1, 19). Así, la resurrección ‘completa’ la manifestación del contenido de la Encarnación. Por eso podemos decir que es también la plenitud de la Revelación. Por tanto, como hemos dicho, ella está en el centro de la fe cristiana y de la predicación de la Iglesia”.
Creer en Cristo Resucitado, en primer lugar, da consuelo a nuestros corazones afligidos; da calor a nuestra alma para que se entusiasme nuevamente a reparar nuestra vida de pecado y seguir las huellas del divino Maestro; nos mueve a correr en busca de la Madre de los Dolores, pero no ya para consolarla, sino para contemplarla gloriosa en la gloria de su divino Hijo; porque creer en Cristo es sintonizar nuestros corazones con el Corazón del Resucitado, para que ambos puedan latir juntos por su gracia en el Amor de la redención. Contemplar la resurrección de Cristo es dar seguridad a nuestra fe, avivar nuestra esperanza, enardecer nuestra caridad; y dar descanso y consuelo a nuestro corazón. Es por esta razón que celebrar el Triduo Pascual en Jerusalén constituye una de esas gracias inefables que no se pueden expresar completamente con palabras, pero que de todas maneras se pueden más o menos compartir al contarlas, y eso es justamente lo que queremos hacer ahora con ustedes, compartiendo tanto la alegría de este tiempo Pascual que acabamos de comenzar, cuanto el gozo interior de haber podido rezar en los mismos santos lugares, que permanecen hasta nuestros días como testigos silenciosos que confirman irrefutablemente la historia de la redención.
El lunes, martes y miércoles santo: trabajo intenso en el monasterio, arreglos; cosecha de limones para mermeladas, trabajos de jardín, etc.
El miércoles santo por la tarde: viaje a Jerusalén, hospedados a 5 minutos caminando del Santo Sepulcro, para participar del Triduo Pascual y demás celebraciones en la Ciudad Santa. Santo Rosario en el Calvario por la noche.
Jueves Santo: Misa crismal y cena del Señor en el Santo Sepulcro; 250 sacerdotes concelebrantes y la participación de las hermanas SSVM, religiosos de muchas congregaciones y feligreses tanto de Jerusalén como de lugares cercanos.
Por la tarde nos dedicamos a la lectura de todos los capítulos que narran la pasión hasta el prendimiento (de los cuatro Evangelios), con los padres en el techo del Cenáculo, lugar de la primera santa Misa de la historia, presidida por el mismo Jesucristo acompañado de sus discípulos. A continiación, liturgia en Getsemaní por la noche y veneración de la roca de la agonía, lugar donde antaño nuestro Señor padeciera tristeza mortal en su alma a causa de los pecados de la humanidad, al punto de sudar sangre. Luego rezo del santo rosario con toda la familia religiosa peregrinando rumbo a san Pedro Gallicanto, siguiendo el mismo recorrido de nuestro Señor aquella noche santa, y oración personal en el lugar de las negaciones, leyendo salmos penitenciales en la cisterna donde Jesucristo paso la noche antes del Calvario.
Viernes Santo: liturgia y adoración de la santa Cruz ante una reliquia de la misma en el Santo sepulcro por la mañana; rezo del Vía Crucis por la Vía Dolorosa con los franciscanos y cristianos locales por la tarde; liturgia del funeral de Cristo en el Santo Sepulcro por la tarde-noche, donde se desciende de la Cruz una hermosa imagen articulada del Señor, y se recrea dicho descenso para ser llevado hasta el Santo Sepulcro, pasando previamente por la roca de la unción donde los unguentos y aromas se aplican antes de continuar hasta el lugar donde descansó el cuerpo del Señor hasta su triunfal resurrección.
Sábado Santo: Vigilia pascual “por la mañana” (sólo aquí en Jerusalén se hace así por Status Quo), y festejos al medio día con toda la familia religiosa.
Ciertamente fueron días físicamente intensos, con ceremonias de hasta 3 horas; sin embargo, el tiempo se pasaba realmente volando al ir participando de la hermosa liturgia que se lleva a cabo en los santos lugares: largas y solemnes procesiones, incienso, cantos en latín y hermosas oraciones y ritos especiales que acompañaron todas las celebraciones, se convertían inevitablemente en una invitación a la oración, haciendo de todo el Triduo un tiempo espiritualmente intenso también.
Tuvimos presente las intenciones y necesidades de toda nuestra familia religiosa, y de todas aquellas almas encomendadas a nuestras oraciones y ministerio; todos aquellos que rezan por nosotros y nos acompañan a la distancia con sus plegarias, y todo ello en los santos lugares de Jersusalén.
La resurrección de Cristo es, en cierta manera, el comienzo de la Vida Eterna, el principio de una era nueva sin fin. Vivir la resurrección de Cristo es incorporarse a este nuevo estado, preparándose así a la vuelta gloriosa del Señor. De ahí lo que nos anuncia San Pablo: “Cuando se manifieste Cristo, que es vuestra vida, entonces vosotros también apareceréis con Él, llenos de gloria”. Nos toca, pues, vivir la resurrección de Cristo, y pregustar su triunfo definitivo. Mientras tanto, seguimos peregrinando en esta vida mortal, con nuestros defectos y limitaciones, con nuestros pecados y tentaciones. Pero a pesar de todo, en todas nuestras dificultades y en cada una de nuestras batallas nos anima saber que nuestra Cabeza ya ha triunfado. Lo que nos queda es tan sólo librar la batalla y alcanzar la victoria en el interior de nuestro corazón.
Que la alegría pascual se prolongue en nuestras vidas, en cada momento, en cada cosa que hagamos, sabiendo que en nuestra fidelidad a la gracia de Dios ya está presente nuestra resurrección de entre los muertos para vivir junto con Cristo para siempre, para nunca más morir.
Le pedimos esta gracia a la santísima Virgen, madre de Jesucristo resucitado.

“Preparando la reapertura del monasterio”

“Visita de nuestro Provincial y más trabajos en Séforis”

Queridos amigos:
Les queremos compartir algunos pequeños trabajos que realizamos para preparar la reapertura del monasterio este pasado martes; para lo cual hemos tenido que podar olivos, remover piedras, trasplantar cactus, etc.; con gran esfuerzo debido a las dificultades de este último tiempo de lluvias, pero también con la gran satisfacción de que poco a poco se va ornamentando el lugar que antaño recibiera a la Sagrada Familia, y desea ahora hacerlo con los peregrinos.
Hemos tenido la visita de nuestro Provincial durante toda la semana, el P. Carlos Ferrero, quien además de ser una gran compañia ha sido una gran ayuda para los trabajos de jardín.
Desde hace varios días hemos recibido también llamadas y mensajes de varios grupos locales para venir a visitar la casa de santa Ana, así que les pedimos desde ya oraciones para que los cristianos de la zona puedan peregrinar y rezar en los santos lugares hasta que la situación actual se normalice un poco, y permita que más personas de lejanos lugares puedan pasar también por Tierra Santa.
Encomendamos a sus oraciones las necesidades de nuestro monasterio de manera especial, y como siempre comprometemos nuestras plegarias por sus intenciones y necesidades. Gracias por seguir acompañándonos en este apostolado de difusión de material católico y participación a la distancia de los pequeños progresos que Dios nos permite realizar en la casa de la mamá de la santísima Virgen, nuestra madre del Cielo.
¡Dios los bendiga!
En Cristo y María:
Monjes del Monasterio de la Sagrada Familia,
Séforis, Tierra Santa.

Breves del monasterio de la Sagrada Familia: dos meses intensos

Desde la casa de santa Ana

Queridos amigos:
Debido a diversas circunstancias, hemos dejado pasar algunas nuevas de nuestro monasterio en estos últimos casi dos meses, en que algo les hemos compartido pero quisiéramos contarles un poco más, aunque lo más brevemente posible, acerca de las infaltables gracias que Dios nos sigue concediendo.
Hemos recibido varias visitas de nuestros religiosos y religiosas, como el P. Carlos Ferrero y el P. Gabriel Romanelli, como ya les hemos contado, pero también de más de un grupo de nuestras hermanas misioneras también en Tierra Santa; dos de las cuales hasta nos dieron una mano para preparar las mermeladas que nos ayudan a sustentarnos. Respecto a esto, como les contamos anteriormente, también ha sido una gracia enorme la realización de la cosecha y aceite de este año para contribuir también a nuestro sostenimiento, y esta semana el comienzo de la poda de los olivos que no pudimos hacer el año pasado y que ciertamente es muy necesaria.
El pasado mes también pudimos celebrar una santa Misa especial en que Sandra y Matán, amigos nuestros, renovaron sus compromisos matrimoniales en su séptimo aniversario.
También hemos comenzado a recibir a muchos grupos locales tanto de cristianos como de no cristianos, de los cuales éstos últimos a menudo se interesan mucho en saber qué es un monje católico y en qué consiste nuestro estilo de vida, llamándoles grandemente a muchos la atención; y donde los cristianos han podido rezar y conocer los restos de la casa de santa Ana que aquí reposan.
Los trabajos de mantenimiento nunca cesan, y entre todo esto hemos podido ir haciendo pequeños arreglos y mejoras como la iluminación de los muros de la basílica y el jardín, además de agregar algunos arreglos más cerca de la Cruz que domina la entrada al monasterio.
No podemos dejar de mencionar algunas donaciones para la capilla, como rosarios, incienso y estampitas, pero especialmente el hermoso cáliz que nos donaron desde Holanda por medio de una hermana y un sacerdote muestros, que actualmente nos acompaña en la celebración de la santa Misa.
Imagen de santa Ana y la Virgen niña
Es una enorme alegría para nosotros poder compartirles, además,  una de esas gracias especiales para nuestro monasterio, que Dios y la Sagrada Familia han obrado especialmente por medio de santa Ana, a quien constantes oraciones le hemos elevado a partir de un encuentro providencial hace 3 años con el P. Sergio Muñoz Fita, sacerdote a cargo de la parroquia de “Santa Ana” en Arizona, quien enocontrándose en plena peregrinación llegó aquí, a la casa de “su patrona”, y luego de hablar fraternalmente con el P. Jason, quien se encontraba trabajando en aquel momento en el jardín, le ofreció alguna ayuda especial a futuro de parte de él y su parroquia, ante lo cual surgió la manifestación de querer tener más adelante una imagen de santa Ana próxima al ábside de la ruina, pidiéndole particulares oraciones a él y su parroquia para que esto se llegara a concretar algún día. Pues bien, luego de haber rezado en la capilla y despedirse muy cordialmente, las oraciones mutuas fueron el nexo hasta que al poco tiempo el P. Sergio nos contactó nuevamente para sorprendernos con la grande y hermosa noticia de que su parroquia nos ofrecía generosamente la imagen de santa Ana con la Virgen niña, para ornamentar y acompañar la devoción de los peregrinos, llenándonos obviamente de gran alegría, y especialmente ahora que, Dios mediante, luego de algún tiempo contamos con la correspondiente aprobación para recibir e instalar la bellísima imagen que ha sido confeccionada en Italia.
Agradecemos a la Sagrada Familia por su intercesión, así como a todos aquellos religiosos y laicos que rezan especialmente por esta intención, y les queremos pedir a todos ustedes que nos acompañan a la distancia, especiales oraciones por todas estas almas generosas de la parroquia dedicada a la abuela de nuestro Señor Jesucristo, que han contribuido a esta donación con el gran esfuerzo que implica en estos tiempos tan difíciles para todos, y para que finalmente salga todo bien y se concrete el traslado hasta acá (la imagen aun no llega y deseamos que lo haga sin problemas), y podamos definitivamente instalarla en el lugar que antaño recibiera en persona a quienes representan: “La congregación de Santa Ana está formada por familias e individuos en distintas fases de su caminar en la fe, y ya sea a través de la oración, de la celebración de los sacramentos o simplemente conviviendo fuera de las paredes de la iglesia, estamos comprometidos a amar a Dios y al prójimo.” (de la página oficial de la parroquia de santa Ana, Arizona).
Finalmente les contamos que a principios de noviembre conseguimos una reservación para poder celebrar la santa Misa en el Santo Sepulcro, en el altar del Calvario, agradeciendo especialmente a Dios por sus beneficios y tantas bendiciones para nuestra comunidad.
Damos gracias a Dios por todas estas bendiciones y las muchas otras que sólo Él conoce y no deja de concedernos, pidiéndoles especiales oraciones por las necesidades materiales y espirituales de nuestro monasterio, comprometiendo como siempre nuestras oraciones por ustedes.
Con nuestra bendición, en Cristo y María:
Monjes del Monasterio de la Sagrada Familia,
Séforis, Tierra Santa.
La hermosa imagen de santa Ana con la Virgen niña que nos han ofrecido para el monasterio.
Santa Misa en el Santo Sepulcro: altar del Calvario.
Entrada al Santo Sepulcro.
Entrada al Santo Sepulcro.
P. Gabriel Romanelli visitando el monasterio.
P. Carlos Ferrero y P. Gabriel Romanelli visitando el monasterio.
Nuestros sacerdotes celebrando la santa Misa en la capilla del monasterio.
Nuestras hermanas visitando el monasterio.
Preparando nuevas plantas para el jardín.
Preparando nuevas plantas para el jardín.
Sandra y Matán, amigos del monasterio, renovando sus promesas matrimoniales en su séptimo aniversario.
Rezando ante el Santísimo durante la Adoración de la tarde.
Hermanas dándonos una mano en la elaboración de las mermeladas.
Preparando las mermeladas.
Mermeladas y aceite envasados.
Mermeladas y aceite envasados.
Nuevos maceteros para el jardín.
Nuevos maceteros para el jardín.
Nuevos maceteros para el jardín.
Nuevos maceteros para el jardín.
El hermoso cáliz que nos regalaron para embellecer la liturgia.
Adoración Eucarística de la tarde.
Adoración Eucarística de la tarde.

Iluminación y cosecha en la casa de santa Ana

Desde la casa de santa Ana…

Queridos amigos:
Después de tanto tiempo es una gran alegría para nosotros poder compartirles las últimas mejoras que por gracia de Dios y tantas oraciones de ustedes, hemos podido concretar. Ciertamente que la actual situación ha limitado muchas cosas y tantas otras se han vuelto mucho más difíciles; sin embargo, la Divina Providencia no cesa de estar presente en todas partes y nos ha permitido ir poco a poco manteniendo y haciendo pequeños arreglos que contribuirán a preparar la casa de santa Ana para el retorno de los futuros peregrinos.
En esta oportunidad les queremos contar que, finalmente, hemos iluminado el jardín que recibe a quienes visitan estas ruinas, además de agregar algunas plantas nuevas, permitiendo así que tanto ellos como los posibles ejercitantes (quienes hacen Ejercicios Espirituales según el método de san Ignacio de Loyola) tengan un ambiente más para rezar incluso cuando cae el sol. Por ahora seguimos rezando para tener algún día un par de imágenes más que ciertamente contribuirían a la devoción de la casa de santa Ana.
Por otra parte, hoy comenzamos la cosecha para el aceite que nos abastece todo el año y que, si es suficiente, también podemos vender para ayudar al monasterio; es así que a partir de hoy nos dedicaremos especialmente a este trabajo tan importante para nosotros.
Finalmente les contamos que hoy pudimos abrir nuevamente las puertas del monasterio (con las normativas correspondientes a la actual situación), recibiendo 3 grupos de visitantes locales, quienes pudieron conocer acerca de nuestra vida aquí en Tierra Santa y algo de la historia de este santo lugar.
Siempre agradecidos de Dios, la Sagrada Familia y sus oraciones, a éstas nos seguimos encomendando y agradeciendo con las nuestras; y pidiendo especialmente por la actualmente difícil situación a nivel mundial que a tantas personas ha perjudicado; especialmente para que siempre aprovechemos las cruces, ofreciéndoselas a Dios en reparación por los pecados y abrazándolas con paciencia y santo abandono a su divina volunatd, que SIEMPRE sabe sacar bienes de los males que padecemos, sobre todo espirituales, si aceptamos amorosamente sus designios.
En Cristo y María:
Monjes del Monasterio de la Sagrada Familia,
Séforis, Tierra Santa.

Como siempre: bendiciones

Desde la casa de santa Ana…

Queridos amigos:
Sabemos que para el pesimista la vida es una especie de vasto cuadro pintado en una rica escala de grises y ya; por el contrario, el alma que vive de cara a Dios, sabe perfectamente que en la vida también los grises (las cruces, dificultades y pruebas en todos sus matices), son parte de la obra, es más, son necesarios pero para resaltar y poner en su lugar a los colores, contrastando con la luz y dando así a cada cosa su lugar. Pues bien, a partir de esta metáfora les queremos compartir algunas más de las tantas bendiciones que Dios jamás deja de concedernos, acicate para seguir agradeciendo e intercediendo por el mundo con nuestras oraciones, aquella especie de “gota de agua en el océano” (siguendo la conocida anécdota de la madre Teresa de Calcuta), sin la cual al océano le faltaría una gota… pero la oración es más, mucho más que una pequeña gota. Es así que entre todas las dificultades por las cuales el mundo está pasando y cada uno en su vida, Dios no deja de poner su mano providencial para que los creyentes veamos en dichas pruebas “el castigo de los malos y la purificación de los buenos”; para que le sigamos pidiendo y le sigamos ofreciendo nuestras cruces y a nosotros mismos por la humanidad entera y por el plan de redención. Pero como la gran obra “no son sólo grises”, siempre siguen las bendiciones de Dios hacia las almas, y en esta oportunidad les compartimos la gracia enorme de haber podido festejar la Exaltación de la santa Cruz con nuestros sacerdotes y hermanas de Belén, como siempre en familia, y también a nuestra Señora de los Dolores en Jerusalén, día en que además de recordar aquel purísimo, probado y fuerte corazón de nuestra Madre del Cielo, muchos de nuestros religiosos celebran con ella su aniversario de profesión perpetua, día decisivo en que nos consagramos definitivamente a Dios, con el solemne compromiso de “haber tomado firmemente el arado sin querer mirar atrás jamás” (Cf. Lc 9, 62).
Para el día de la Exaltación de la santa Cruz, asistimos a la santa Misa en el Hogar Niño Dios, donde luego de la misma compartimos la cena todos juntos y se llevó a cabo el tradicional fogón, dedicado a celebrar con cantos y poesía dicha conmemoración. Hoy por la mañana, por gracia especial de Dios e intercesión de María Santísima, participamos de la santa Misa en Jerusalén, en la Iglesia del Santo Sepulcro, donde luego de haber tocado la roca misma del Calvario y pedir por todas las almas encomendadas a nuestras oraciones y por el mundo entero, celebramos el Sacrificio Eucarístico en el altar dedicado a la Virgen de los Dolores, ubicado junto al Gólgota, es decir, prácticamente en el mismo lugar donde históricamente María santísima nos fue dada por Madre, dando eternas gracias por tan hermoso “detalle de Dios” para quienes no lo merecemos.
Siempre agradecidos de Dios y de sus oraciones, seguimos comprometiendo las nuestras por ustedes y los invitamos a seguir ofreciendo sacrificios y rezando por el mundo entero todos juntos, siempre en unión de oraciones y con mirada sobrenatural en todo momento de “purificadoras pruebas” para las almas que aman filialmente a Dios, a quien nada se le escapa y sabe sacar bienes de los males y hacer almas grandes, santas, de los pobres pecadores que se abandonan sinceramente a Él.
Con nuestra bendición, en Cristo y María:
Monjes del Monasterio de la Sagrada Familia,
Séforis, Tierra Santa.

Breves del Monasterio de la Sagrada Familia

Desde la casa de santa Ana…

 

Queridos amigos:

A continuación, les compartimos algunas breves noticias de nuestro monasterio en este último tiempo tan especial.

“Arreglos en la capilla”
Además del constante mantenimiento del jardín, hemos podido realizar algunos arreglos en la capilla, como lijar y rebarnizar el sagrario, a la vez que ponerlo en el centro de la capilla y agregar arriba del cuadro de la Virgen, pintado por el P. Jason, una hermosa cruz de madera hecha por el Hno. Cristóbal, quedando así unifcadas estas pequeñas contribuciones de nuestros monjes en el lugar más importante del monasterio, pues es donde se encuentra Jesucristo Sacramentado y donde a diario rezan los monjes.

“Ángelus en Nazaret”
Junto con el P. Carlos Ferrero, nuestro Provincial, fuimos a visitar a los padres y hermanos franciscanos a Nazaret, donde ya más de una vez nos habían invitado y finalmente lo hicimos. Por gracia de Dios pudimos participar del rezo del Ángelus junto a los restos de la casa de María Santísima, lugar preciso de la Encarnación del Hijo de Dios, y luego compartir un momento fraternal donde pudimos hablar acerca de lo que hacemos cada uno en los santos lugares. Finalizamos la jornada con el tradicional café que es una verdadera impronta en Medio Oriente.

“Fiesta de la Transfiguración del Señor”
Este año, al no poder ir al Monte Tabor, celebramos la santa Misa con un grupo de nuestras hermanas, quienes estaban peregrinando por Galilea y aprovechamos de rezar y festejar con un desayuno comunitario luego de la santa Misa. Después las hermanas siguieron con su peregrinación por los santos lugares.

“Visitas de peregrinos”
Hemos comenzado a recibir, poco a poco, visitas de variados pequeños grupos locales: guías turísticos hebreos y árabes, religiosos y religiosas, laicos, etc. El P. Marcelo Gallardo nos visitó junto con unos jóvenes, con quienes venían en peregrinación; también religiosas de Lavra Netofa y Deir Rafat, quienes quisieron pasar a conocer y cantar a la Virgen en el lugar que antaño la viera jugar de niña; también los padres Misioneros de la Caridad de Nazaret nos visitaron y pasaron a rezar a la capilla.

Damos gracias a Dios por todos lo beneficios recibidos y la posibilidad de atender a quienes vienen a visitar los restos de la casa de santa Ana, y nos encomendamos a sus oraciones, como siempre, pidiéndoles especialmente por los cristianos de Medio Oriente.

En Cristo y María:
Monjes del Monasterio de la Sagrada Familia,
Séforis, Tierra Santa.

San Joaquín y santa Ana 2020

“Fuimos pocos… pero muchos”

Queridos amigos:
Como en todo el mundo, las actuales circunstancias han restringido muchas cosas, como la apertura de algunos santuarios y sus celebraciones, y la casa de santa Ana no ha sido la excepción. Sin embargo, eso no significa que no nos hayamos preparado como la ocasión lo amerita; fue así que aumentamos las horas de trabajo para limpiar lo más posible y embellecer el monasterio y disponernos mediante el Triduo y demás para participar lo mejor posible del gran día de nuestro monasterio.

Este año la solemnidad de san Joaquín y santa Ana fue del todo especial en nuestro monasterio: a puertas cerradas y menos de 20 personas pues no se podía de otra manera, es decir, que en la santa Misa éramos pocos…, pero en las oraciones fuimos muchos. Nos resulta imposible terminar de ver -y más aun, responder- a todos los mensajes de acompañamiento y compromiso de oraciones que nos llegan; es así que como siempre les agradecemos a todos los que de diversos países nos acompañan con sus plegarias y sacrificios, a los cuales correspondemos siempre con los nuestros: “Dios los bendiga”, “la Virgen los acompañe”, “gracias por compartir”, “saludos y bendiciones desde…”, suelen ser los mensajes que más recibimos y agradecemos. Este año fuimos muchos en unión de oraciones y es por eso que la santa Misa la ofrecimos por la Iglesia y el mundo entero, por las intenciones y necesidades espirituales y materiales de ustedes, de nuestras familias, amigos, benefactores, etc., pidiendo de manera especial que las cosas cambién y mejoren, y que sepamos aprovechar las pruebas para aferrarnos más a Dios como buenos hijos suyos.
El trabajo en tierra de misión siempre es arduo, porque sin Cruz no hay santificación ya que en ella se encuentra a Cristo, pero ciertamente la comunión de oraciones hace que nos ayudemos entre todos a seguir adelante y perseverar en la voluntad de Dios, y eso es lo que pedimos para todas las almas encomendadas a nuestras oraciones.

Por gracia de Dios, para la ocasión nos acompañó nuestro Provincial, el P. Carlos Ferrero, y pudimos compartir con algunos de los padres franciscanos que vinieron y las hermanas Hijas de santa Ana; además de recibir por la mañana la visita de un pequeño grupo nuestras religiosas, misioneras en Tierra Santa, compartiendo también la santa Misa más temprano.

Desde la antaño casa de santa Ana, san Joaquín y la Virgen, y muy probablemente san José y Jesús temporalmente, nuestras oraciones por sus intenciones.

En Cristo y María:
Monjes del Monasterio de la Sagrada Familia,
Séforis, Tierra Santa.

A continuación, les ofrecemos algunas fotos en orden más o menos cronológico: desde los preparativos hasta la santa Misa.

La nueva bandera para la torre de la Iglesia

Los preparativos: